jueves, 25 de abril de 2013

Isis y los siete escorpiones


El malvado dios Seth desconocía que Osiris e Isis tuvieron un hijo llamado Horus. Isis y Horus se escondían cuando Seth los encontró y los encerró. Cuando caía la tarde y con la ayuda de Thot, dios de la justicia y la verdad en la tierra y el cielo, escaparon de su prisión. Durante su viaje envió siete escorpiones mágicos para guiarles y protegerles.
Tras un largo viaje por la Tierra de Egipto, llegaron a Per-Sui, ciudad donde se venera al cocodrilo. Isis y su hijo llegaron muy fatigados y con ganas de descansar. Vieron una casa cercana a las marismas donde, en la puerta, se encontraba una mujer muy rica llamada Usert. Pero al ver los siete escorpiones que los acompañaban, se negó a ayudarles y les cerró la puerta de su casa. Aunque al final encontraron donde descansar, pues una mujer pobre los albergó amablemente en su casa.
Los escorpiones, a pesar de todo, estaban muy enfadados por la actitud de la mujer rica, y decidieron darle una lección por su falta de caridad. Le dieron todo su veneno a su jefe, Tefen, quien entró en la casa de la mujer rica y de este modo picó a su hijo que estaba durmiendo. La mujer comenzó a llorar pidiendo ayuda, pero nadie acudía a socorrerla. Sin embargo, la diosa Isis salió corriendo a ayudarla. Cogió en brazos a su niño y ordenó al veneno mortal mediante sus palabras que saliera de su pequeño cuerpo, y de este modo se salvó de la muerte.
La mujer de nombre Usert, se dio cuenta de que Isis, la Señora de la Magia, había salvado la vida de su hijo, a quien antes sin consideración ninguna había negado hospedarla. Sentía tales remordimientos que ofreció toda su fortuna a Isis y a la mujer pobre de las marismas que ofreció su casa sin temor alguno.
Gracias a Cristina Carracedo

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